2009-10-13
Un comentario especial...
Ya pasado el murmullo de la fiesta, había quedado
reducido a calma aquel hermoso lugar, donde ambos,
tomados de la mano a la cama caminaron, cansados y
asqueados de tal ajetreo, dejaron todo como
estaba, pues la liebre insistente a la habitación
deseaba ir.
Adentrándose en la cama, suave de sabanas,
multicolores, ambos a gusto, disfrutaban de su
espacio, rozando su piel y probando sus labios,
eso era algo que contrario al te, podía hacer
todo el tiempo.
Entonces un recuerdo vago se mantenía en su
cabeza girando...algo que había oído y en gracia
le había caído, mas que eso quizás lo llevara a
la practica, sonaba muy tentador.
Hacia ya tiempo que se había dado cuenta, lo que
había mas haya de lo que sentía por su amado
sombrerero, algo que a veces le era difícil de
controlar, pero que no reflejaba ante los demás.
Entre sus brazos, en un delicioso ambiente, de
fresca noche y un manto nocturno, beso despacio su
cuello, su mejilla, la comisura de sus labios y
por ultimo sus labios, dando un ligero mordisco
juguetón.
-Te amo... has oído, el literal comentario de la
reina sin castillo?.. Me ha parecido una idea que
no puedo rechazar… tal vez ha visto como me
siento con respecto a ti en realidad y debo ser
honesto nada me gustaría mas...-
Miro la reacción de su amado, claro la liebre
loca de Marzo esta vez se había pasado,
comprendería si el sombrerero desistía, pero en
cambio solo asentó divertido, con la sonrisa de
medio lado que sabia a la liebre le encantaría .
Ambos en la cama, sin nada que se interponga, solo
una sabana delgada...a horcajadas sobre su amado
se acomodo. Pensó que para llevar a cabo tan
sádica y fascinante idea necesitaba de algo
especial, y no hallo otra cosa mejor, tomo una
hebra del hilo que les unía en el dedo meñique
de ambos, como símbolo de su unión ya antes
dado.
Inserto el hilo en la aguja sin pensarlo decidido
a probar que el comentario sería real...
-Por que no mirarás a otro lado, sabiendo que no
encontrarás a otra persona y por que yo no
tendré ojos más que para ti... -Susurró La
Liebre a su amado.
Le beso con letargo y le miro contemplando su
mirada, su rostro enigmático, que la liebre en su
memoria guardaba, sonrió con un gesto
significando muchas cosas, tales que solo Mad
Hatter sabia.
Y procedió sin miedo a zurcir sus parpados,
dejándolo por completo cerrados, la sangre vagaba
sin prisa por las mejillas ajenas, tintando de
rojo su camino, una y otra ves, el movimiento de
la mano no se detenía, ambos ojos cosía.
El suave y delgado parpado poco a poco cedía ante
la aguja que a la vista obstruía, tranquilamente
beso ambos ojos, limpiando con sus besos las
mejillas.
No espero ni un momento, cuando a sus ojos, sus
manos cubrían, los arranco de tajo, sintiendo el
hueco y vació, sosteniéndolos en sus manos, los
ensarto en el hilo y sin tardanza, pendieron del
cuello de su amado.
La liebre satisfecha de su acto, despiadado, atroz
y cruel pareciera, tomo un trozo de la sabana
suave, de un blanco puro y vendo su ojos, el
vendaje pronto a rojo se tiño, exhausta la liebre
ante tal impío proceder, en el pecho de su amado
se dejo caer, volviendo a retomar su postura,
tendidos en la cama placida y feliz mente, la risa
de ambos broto, tal vez de satisfacción.
Para: Mad Hatter / El Sombrerero
A mi novia Aldo Black
By: Tana
31/08/09
(a mes y medio)
Y ese día…como hoy
No quería nada más que
Ser la liebre a tu lado izquierdo en la mesa.
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Ya pasado el murmullo de la fiesta, había quedado
reducido a calma aquel hermoso lugar, donde ambos,
tomados de la mano a la cama caminaron, cansados y
asqueados de tal ajetreo, dejaron todo como
estaba, pues la liebre insistente a la habitación
deseaba ir.
Adentrándose en la cama, suave de sabanas,
multicolores, ambos a gusto, disfrutaban de su
espacio, rozando su piel y probando sus labios,
eso era algo que contrario al te, podía hacer
todo el tiempo.
Entonces un recuerdo vago se mantenía en su
cabeza girando...algo que había oído y en gracia
le había caído, mas que eso quizás lo llevara a
la practica, sonaba muy tentador.
Hacia ya tiempo que se había dado cuenta, lo que
había mas haya de lo que sentía por su amado
sombrerero, algo que a veces le era difícil de
controlar, pero que no reflejaba ante los demás.
Entre sus brazos, en un delicioso ambiente, de
fresca noche y un manto nocturno, beso despacio su
cuello, su mejilla, la comisura de sus labios y
por ultimo sus labios, dando un ligero mordisco
juguetón.
-Te amo... has oído, el literal comentario de la
reina sin castillo?.. Me ha parecido una idea que
no puedo rechazar… tal vez ha visto como me
siento con respecto a ti en realidad y debo ser
honesto nada me gustaría mas...-
Miro la reacción de su amado, claro la liebre
loca de Marzo esta vez se había pasado,
comprendería si el sombrerero desistía, pero en
cambio solo asentó divertido, con la sonrisa de
medio lado que sabia a la liebre le encantaría .
Ambos en la cama, sin nada que se interponga, solo
una sabana delgada...a horcajadas sobre su amado
se acomodo. Pensó que para llevar a cabo tan
sádica y fascinante idea necesitaba de algo
especial, y no hallo otra cosa mejor, tomo una
hebra del hilo que les unía en el dedo meñique
de ambos, como símbolo de su unión ya antes
dado.
Inserto el hilo en la aguja sin pensarlo decidido
a probar que el comentario sería real...
-Por que no mirarás a otro lado, sabiendo que no
encontrarás a otra persona y por que yo no
tendré ojos más que para ti... -Susurró La
Liebre a su amado.
Le beso con letargo y le miro contemplando su
mirada, su rostro enigmático, que la liebre en su
memoria guardaba, sonrió con un gesto
significando muchas cosas, tales que solo Mad
Hatter sabia.
Y procedió sin miedo a zurcir sus parpados,
dejándolo por completo cerrados, la sangre vagaba
sin prisa por las mejillas ajenas, tintando de
rojo su camino, una y otra ves, el movimiento de
la mano no se detenía, ambos ojos cosía.
El suave y delgado parpado poco a poco cedía ante
la aguja que a la vista obstruía, tranquilamente
beso ambos ojos, limpiando con sus besos las
mejillas.
No espero ni un momento, cuando a sus ojos, sus
manos cubrían, los arranco de tajo, sintiendo el
hueco y vació, sosteniéndolos en sus manos, los
ensarto en el hilo y sin tardanza, pendieron del
cuello de su amado.
La liebre satisfecha de su acto, despiadado, atroz
y cruel pareciera, tomo un trozo de la sabana
suave, de un blanco puro y vendo su ojos, el
vendaje pronto a rojo se tiño, exhausta la liebre
ante tal impío proceder, en el pecho de su amado
se dejo caer, volviendo a retomar su postura,
tendidos en la cama placida y feliz mente, la risa
de ambos broto, tal vez de satisfacción.
Para: Mad Hatter / El Sombrerero
A mi novia Aldo Black
By: Tana
31/08/09
(a mes y medio)
Y ese día…como hoy
No quería nada más que
Ser la liebre a tu lado izquierdo en la mesa.
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