~~ ^^ Onigiri FaN ^^ ~~

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jueves, 28 de julio de 2011

Fumador pasivo





Terry fumaba ansioso como si el cigarrillo fuese a calmarlo un poco
-Terry estas empezando a marearme, harás una zanja en el piso –  le dijo Dylan “mi piso recién pulido” pensó pero no agrego sentado en el sofá café chocolate mirando distraído la tele por estar más atento a su amigo.
-entonces no me hubieses invitado a tu casa idiota…- le contesto el fumador a  Dylan.
-vaya amanecimos de malos humores no?, pero no tengo la culpa- le dijo despacio, para hacerle ver que se estaba desquitando con quien no debía.
Terry le miro seco a la vez que calaba el cigarro y Dylan no agrego mas reproches, en cambio  le pregunto –que pasa?-
Terry dudo un poco en contestar  pero al final se decidió –es que… aun no llega-
Dylan lo tuvo claro todo, el mal humor y la actitud desdeñosa mala leche de su amigo –bueno pero y eso qué?, solo esta retrasado un poco…- dijo de forma simple sin ponerle  importancia porque para el ralamente no la había.
-retrasado? – le dijo caminado de un lado a otro como león enjaulado y uno con muy mala pinta    - es que en realidad es eso, el nunca se retrasa, para este tiempo ya debió de hacerse el aparecido, ya debería de estar aquí- le dijo prendiendo otro cigarrillo, botando la colilla del antiguo en el fregadero de la cocina.
-quizás paso algo- le dijo Dylan pero lejos de calmar a su amigo ese comentario, lo enardeció mas.
-pues si, eso pasa, que no se si paso algo o no…y si paso algo que lo ha retrasado me es imposible saberlo- contesto alzando un poco la voz.
-te sientes echado aun lado?- le pregunto su amigo,  Terry analizo la pregunta pero el tono neutral de Dylan le indico que lo había preguntado en buen plan y sin afán de joderle.
-es que nunca me deja solo tanto tiempo, sabes? – le miro con un brillo en los ojos que Dylan no supo si era angustia, enojo, dolor, tristeza o anhelo, y es que con Terry era difícil juzgarle los sentimientos en el rostro, por que lejos de ser franco como parecía la mayoría de las veces, cuando se trataba sobre esa persona, era muy diferente lo que sentía con las expresiones faciales que Terry en la cara ponía.
-y el móvil? Le has marcado al móvil?- quizás esa idea podía servir, ya apostaría a que Terry en su enfado no había pensado en eso y correría ahora a marcar al teléfono.
-pues si, pero no he podido llamarle, bueno más bien si pero no hay respuesta, es un camino que no da resultado, por eso es una solución que descarte desde hace tiempo…- le contesto, pero mas que respuesta fue una explicación, para ver si Dylan entendía que por móvil no podría localizarlo nunca.
-tienes celos?- le cuestiono de nuevo su amigo , bajando el volumen a la t.v.
-no, bueno… si – dijo Terry contrariado, pero lo pensó unos instantes más –mira me preocupa más el que aun no haya llegado y que no sepa el porque –dijo finalmente recargando su peso de espaldas a la mesa del comedor sin dejar de mover el pie, en un rictus de exasperación.
 -quizás te haga bien salir un rato, ya sabes, despejarte y esas cosas- fue otra de las opciones que Dylan le ofrecía para dejar de ver como su amigo se consumía en la impaciencia. Impaciencia a la que Dylan no estaba acostumbrado, pues siempre había conocido aun Terry tranquilo, despreocupado y alegre.
Terry negó repetidamente –pero para eso ya salimos ayer no?- “grandioso” pensó para si, ahora su amigo le daba opciones burdas, como si no conociese lo molesto de ese asunto.
-pero eso es diferente, salimos, pero lo único que hiciste fue beber, caerte de borracho y levantarte tarde en mi casa- le reprendió Dylan como si las acciones de su amigo no estuvieran acorde a su forma de ser y así se lo hizo notar. –y por Alá antes de fumar, sin tener un ápice de alimento en el estomago, siquiera deberías de haber comido algo del frio desayuno que esta esperándote en la mesa desde las 9 de la mañana-  terminando su regaño negó con la cabeza, algo cabreado por la actitud de Terry.
-ahora no, me da asco la comida –dijo con una mueca de asco en la cara, pero se retracto, en cuanto recordó cómo podía ser Dylan con respecto a las malpasadas.- no mas bien solo quiero te tibio, no mejor aun café… si eso servirá ¡!- respondió efusivo para acortar la otra parte del sermón que Dylan  tenía preparado por no comer bien. Fue a la cocina y miro la mesa, había waffles y no cualquiera si no de chocolate con mermelada de fresa y avena que por fría más bien parecía papilla de bebe, puso la cafetera y se sentó frente al plato que, de ser visto recién servido le habría parecido delicioso  y de ensueño, pero igual le gustaba comer cosas frías, así que quizás después de todo comería un poco.
-bueno entonces vayamos de compras…- le dijo a Dylan quien lo había alcanzado en la cocina y abría el frigorífico para  sacar una jarra de leche fría. –compras?- pregunto este, sirviéndose un vaso y tomando unas pastillas para su gastritis, de la cual sufría Terry también desde sus años de escuela media; así que le dejo una pastilla también, seguro que con el alcohol de anoche a su amigo se le habían cocido las tripas tanto como a él, así que ambos estaban acostumbrados a compartir el medicamento después de una noche de juerga.
El otro sentado en la mesa miro distraídamente la pastilla, que acepto con una leve sonrisa-si ya sabes, comprar zapatos, ropa, no se…- dijo Terry  triturando medio bocado. Dylan le miro dudoso un momento –bueno si ahora te da por comprar faldas, bolsos y zapatillas, te acompaño, no me da pena  andar con un afeminado- se burlo Terry  al ver la inquietud en la mirada de Dylan dando mordidas fuertes, Dylan le miro y se cago de risa y Terry le siguió. Como era posible que en el estado en el que su amigo se encontrara fuera el quien le sacara una sonrisa y no al revés.
Dylan tomo asiento, parecía que aquella irritación había pasado, se giro para tomar el diario y comenzarlo a leer, pero en cuanto regreso a su postura inicial, vio a un decaído Terry y lo peor estaba llorando. Un momento!! Quién era ese ser que lloraba y que había hecho con su amigo?
-Terry?- pregunto estupefacto como si eso que veía no podría de ninguna manera ser real.
-ya lo sabía yo.. es un castigo- dijo con lamentable tono amargo.
-pero que dices? – agacho la mirada junto con su postura pues su amigo se había apartado de la mesa dejando solo los brazos sobre ella, extendidos a los lados del plato y la mirada fija en algún lugar del piso.
-Me está castigando…- repitió sorbiendo despacio por la nariz, cosa que le daba gracia a Dylan recordar;  porque Terry tenia lo que dicen “llorar en silencio” y los ruidos como sorber por la nariz eran sutiles y casi imperceptibles. Pero no era hora de recordar si no de ayudarle.
-no te entiendo…- le miro preocupado pero le dejo espacio Terry bajo presión no soltaría nada, es mas quizás ni aun en tortura diría algo sobre si mismo.
-pero que podía hacer?, era justo, aunque quizás no debí decirle lo que le dije- Terry dijo al aire, escuetamente y obvio que fueron palabras que nadie entendería ni relacionaría, eso era Terry una rara mezcla de misterio y hermetismo, aunque claro Dylan estaba más que acostumbrado y aunque su curiosidad le incitaba a preguntar sabia que Terry no diría algo tan personal ni siquiera a él, que era reconocido como “el más cercano, intimo y casi único” amigo de él.                                
 –es que le dije que lo extrañaba y mucho – “o tal vez si” se dijo internamente Dylan al ver que lo ocurrido fluía de los labios de Terry, entonces Dylan caviló un poco…”quizás esta en tan mal estado, que su única salida es desahogarse” por que, realmente para que Terry abriese la boca debía estar realmente desesperado para querer que alguien más oyera sus penas.
-y es injusto! El lo dice todo el tiempo, siempre llega y dice que me quiere y que me extraña, porque no habría de decirle lo mismo?- le miro aun con ojos rojos y acuosos, pero por esas reacciones Dylan no supo si su amigo comenzaba a calmarse o comenzaba a vaciar su dolor.
-Terry…- Dylan no supo que decir y decidió que mejor sería dejarle seguir solo.
-me está escarmentando, ya sabía yo que esa reacción que tuvo de irse tan tranquilo cuando se lo dije, algo me decía que nada estaba ni estaría bien, jamás me había dejado tanto tiempo, paso su tiempo límite, siempre son al menos dos meses pero luego regresa…- Dylan  le apretó el hombro en forma de apoyo, al cual ya se le humedecían las mejillas de nuevo.
-el no es asi, sabes que no es rencoroso, como puedes decir eso de el y tanta sarta de estupideces…- le miro serio Dylan pero en el fondo le partía el corazón ver a Terry asi y por si fuera poco sabia que ninguna explicación calmaría su frustración.
-que tendría de malo en decirlo? en decírselo!!!...Pero ya sabía yo, que tenía que estarme bien calladito, como todos estos años…es tan malo; decirme que puedo decirle cualquier cosa…- dijo soltando un suspiro y limpiándose el rastro del escaso llanto. –pero claro, decirle lo que yo quisiera pero estaba más que implícito que algo como eso debía guárdamelo – dijo con un tono sarcástico igual a su media sonrisa.
Dylan le miro con una cara que reflejaba lo que pensaba “no se qué decir ni que hacer”, pero una cosa si le aclaro a Terry una vez termino de despotricar –mira será lo que quieras y eso porque lo conoces mejor que yo, pero eso si, el jamás sería tan malo y cruel en hacerte eso, lo menos que puede pasarle por la cabeza es hacerle daño a alguien y menos a ti, si tu eres…- Dylan mejor se cayó abruptamente, no había razón para decir cosas de mas.
-cuando tiene que darle una lección a alguien si … suele serlo…- reprocho quedamente, pero al finalizar la acusación sabía que era medianamente falsa, pues podía ser ciertamente una persona estricta, seria, cabezota y necia cuando quería pero quizás hasta el extremo donde lo había puesto, quizás no tanto, quizás había exagerado un poco, pero si que le estaba dando un buen escarmiento eso ni hablar, y nadie le quitaba eso de la cabeza.
Dylan ofuscado ante tal necedad negó
-si soy qué?...- le pregunto Terry a su amigo al no oírle terminar la frase, que de no ser por su suspicacia habría pensado que fue porque le había interrumpido y no por querer guardarse algo, como solía hacer Dylan propiamente de el para evitar mas desavenencias.       
 –que soy qué? Dylan…- le pregunto de nuevo con una mirada que parecía traspasar a cualquiera. Dylan no supo si era conveniente contestar, pues sus ruegos porque el otro no se diera cuenta de su aflojada lengua, no resultaron y  al final no había pasado de largo ese comentario, pero ante el titubeo Terry continuo –que soy especial?- dijo con un tono socarrón y tiro una carcajada seca          –ja! eso.. seguro es eso, que soy especial- el tono como lo dijo dejo claro que estaba más que seguro que era eso y sabia que lo era,  por la esquiva mirada que le dio Dylan.
-si …tan especial soy… -siguió diciendo cada vez más lento, distante y retraído, quizás en sus recuerdos y la pronunciación de cada palabra iba disminuyendo de volumen pero con la esperanza de poder creerlo, al repetírselo una y otra vez. –mira no me importa que se vaya, es mas puede irse tan pronto como llegue, ni siquiera tiene que estar demasiado tiempo, por mi puede irse a la mierda!!, solo quiero que venga de una buena vez …-
-llegara pronto, ya verás que si y entonces toda esta rabieta de novia despechada y patética platica se te pasara, en cuanto venga, porque… seamos sinceros te pones tan melosito que con un besito en el orgullo lastimado y se te pasa…- le recordó Dylan, cosa que no puedo refutar Terry porque no era otra cosa más que la pura, cruda y jodida verdad. Pero más aun todos esos ademanes como los labios arrugados tirando besos al aire, los pestañazos de su amigo y las manos como si fuera una linda nenita con su paleta, le hicieron reír a Terry.
“eso..!!” se dijo Dylan a sus adentros, ahora sí, sonreía fresco, el berrinche estaba pasando. Y se le ocurrió que era la pauta para animarlo más. –hey! quieres ir al cine? Se ha estrenado Kun-fu Panda 2 y he oído que Gary Oldman es la voz del pavo real… ya te lo imaginas? El malo es un pavo real !!!- le paso el diario para que Terry eligiera el horario.
-me gusta Gary Oldman, tiene una voz de villano muy sexy… - comento sonriendo tan solo imaginarse un pavo real tirando patadas, mirando a la par las funciones y los cines. –por cierto... me prestas ropa? Me da una flojera tremenda ir a casa…-
Dylan le miro de reojo, Terry llevaba puesto unos shorts “piyameros” como les decía Dylan y eran realmente cortos pero muy cómodos  y seguía con la misma camiseta si mangas algo ajustada que apestaba a tabaco. Pero tras ese favor, Dylan sabía demasiado bien que Terry aun no quería llegar  a casa.
-Qué?- pregunto un Terry fuera de tono, por como su amigo le veia quizas se estaría perdiendo de algo? –es que, sabrá Alá que te vaya a venir de mi ropa- dijo algo contrariado pues era al menos 2 tallas más que Terry.
-ah! Pero si tengo cuerpo de pordiosero!! Todo me entra…- término diciendo con un tono despreocupado, pero recapitulo en un segundo y mirando a Dylan soltó una carcajada, este pesco en el aire el doble sentido impreso sin querer en aquel cometario y también se echo a reír.

-si él estuviera aqui, ya te habria llevado a la cama para asegurarse de eso- Terry le oyo decir entre cortado a Dylan, pero eso no hizo mas que acrecentar la burla, estallando ambos en carcajada suelta.
Entonces Dylan lo supo, hacer un comentario de él y que Terry no se apagará, significaba que su amigo ya dejaria por la paz su exabrupto..todo estaba bien con Terry.


 

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TaNa









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A.M (anotación Mental) tengo una mal sana mania por poner titulos extraños, fuera del contexto y peor aun que no tienen nada que ver a veces con lo que escribo -suspira- pero y que? no... total es divertido xD

una aclaración, Dylan es de decendencia arabe, por eso ocupa la palabra "Alá" para referirse a Dios.

Alá es la castellanización de la palabra árabe Allāh (الله), que significa en árabe ‘el Dios único de las religiones abrahámicas: islam, cristianismo y judaísmo. Si bien el término es más conocido en Occidente por su utilización de los musulmanes como referencia a Dios, este es utilizado por los hablantes de árabe de todas las religiones abrahámicas, incluidos los cristianos y judíos, en referencia a Dios.

de antemano no fue por entrar en un rollo para debatir, ni ser irrespetuosa, simplemente es una caracteriztica que he aplicado al personaje, puesto que yo suelo usarla, dejo de fuera mis opiniones religiosas y mis inclinaciones o demas temas concernientes a lo mismo.


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me despido bye n.n

martes, 26 de julio de 2011

Ucrania en coma
Cap. I Hemofilia sentimental
Las calles estaban húmedas y encharcadas, la estúpida chica del clima no había acertado ni una, todo completo era gris pero ligero, poblado de nubes con agua corriendo sobre el cielo.
Se detuvo en la entrada de puertas automáticas, gente corriendo, personas tristes y melancólicas, niños ansioso y juguetones, ancianos, jardines frontales, pisos lustrosos, olores raros y café de maquina mezclados, ropas blancas, aparatos y cables, pintura azul y roja.
Al mínimo de sus movimientos la puerta se abrió, y al cruzar el lumbral se pregunto:
-todavía le amo?-
Su razonamiento se explicaba que no, que el asistir a ese lugar manifestaba la expresión de cariño y poyo
-que hago aquí? Y si aun le amo? Pero ya no o sí?
-le amaba en verdad mucho y ahora estoy aquí pero si le amaba por que nos separamos?-
Como autómata camino por esos desinfectados y limpios pasillos, tomo el ascensor y oprimió los botones correspondientes que a la par brillaron.
Los murmullos eran ecos sin distinción saber de que hablaba la gente seria imposible y en sus ojos grises el numero 4-E se grabo como hierro fundido en su retina, no sabía si quería correr para atravesar la puerta o esperar a que sus piernas dejasen de temblar. Respiro profundo sus manos pronto alcanzaron el pomo y los dedos lo forzaron a girar después de eso, el silencio pesado de aquella habitación inundo sus sentidos.
Richard el médico a cargo del piso le miro llegar como zombi hasta esa puerta y le vio igualmente perderse, cuánto tiempo había pasado? 2 o 3 años? Pero ahora ese tiempo parecía insignificante.
Se escucho lejano el sonido del pasador de la puerta sumiéndose en aquel silencio al cerrar. Tenues lucecitas brillaban marcando el ritmo de un corazón, detallaban el pulso de un cuerpo y contaban las erráticas repuestas cerebrales.
Dejo escapar un suspiro, camino hasta rodear aquella cama en el medio de la habitación, las puntas de sus yemas rozaron despacio las sabanas, hasta que se posiciono al alado de quien yacía en la cama, le acomodo un mechón de cabello para verle mejor.
“Ahí esta… ahí está el” fue lo que pensó al mirarle con más detenimiento ignorando la mascarilla de oxigeno. Ojos  de un color violeta suave rara vez vistos le mirar penetrantes y lo que parecía una mueca de sonrisa se asomaba tras la mascarilla.
La visita hizo un intento vago por sonreír pero jamás aparto la mirada ni siquiera cuando sintió ansiedad al ver como aquellos ojos se abrían.
Su cuerpo comenzaba a tensarse demasiado y sentía el frio trepar por sus  piernas, el cuarto completo era un congelador, era verdaderamente una tumba de hielo.
-no te esfuerces mucho y no pierdas el tiempo en hablar estupideces – fue la oración completa que hizo aquel joven de ojos azules o grises o quizás de un azul acerado, no era lo mejor que pudo haber dicho pero así era él, y que increíblemente pudo mantener la postura y la voz controlada. Nada de lo que pensaba o sentía se veía reflejado en la voz siembre gruesa que lo caracterizaba.
El recién despertado hizo acopio de todas las fuerzas que luchaba por mantener dentro de sí pero que cada día se esfumaban, levanto el brazo, si no para que había dormido todo ese tiempo? Si no para albergar fuerzas para ese momento, ese único instante. Se retiro la mascarilla, volvió a mirar aquellos ojos intensos y sonrió mas abiertamente.
-Yuorick…- susurro con el suave aliento que se abrió paso de entre sus resecos y pegados labios. El aludido le miro como se mira lo desconocido sin saber porque. –Yuorick… voy a morir…- dijo y descansando tomando un respiro como si cada palabra fuese como haber corrido un maratón.
-lo primero que digo y es lo primero que haces…- suspiro conjuntamente al reclamo mirándole con falso enojo.
-no hablemos estupideces, que se me acabo el tiempo- le contesto tosiendo un poco moviéndose se pose, la espalda ya estaba cansada de la misma posición y ni que decir de la cadera y su trasero.
-Gigi tu.. me amas?- le pregunto así, de la nada y con dejo de arrojo en su voz, ignorando olímpicamente el estado anímico del enfermo.
-el hijo de un hombre estúpido, que a su vez es hijo de una mujer estúpida, es obvio que diga estupideces…- poco a poco el semblante le fue cambiando y aquel suave violeta tuvo de pronto la nitidez como años ya pasados.
Las manos del ojiazul acaricio suave el brazo delgado de aquel enfermo.         –Le tengo miedo a las arañas, sabes y cada que me tocabas sentía rechazo por que se ven igual, pero no quería dejar de sentirlas…- el ojiazul desprendió su mano de aquel brazo y se retrajo. –es desagradablemente cómodo…-        le dijo el ojivioleta tomando su mano y presionándole con una fuerza temblorosa, gesto que hacía ver que hacia un gran esfuerzo pese a su estado agotado.
El ojiazul sonrió alegremente y se miro la mano extendida, asentando suavemente –con ellas no puedo hacer nada – respondió vencido y feliz al mismo tiempo. Porque se daba cuenta que ninguno de los dos había cambiado.
Richard los miro de reojo tras la ventana agudizando su vista y deseando tener la de superman para ver mejor a través de las persianas. Al perecer todo iba bien al menos Yuorick no intentaba desconectar al otro de las maquinas ni arrancaba los catates de suero eso era un buen indicio. Su atención fue desviada al ascensor del cual bajaba una hermosa mujer llevando suavemente a una anciana, aquellas eran Alessa y Odava respectivamente, una su futura esposa y la segunda su futura paciente en oncología o eso suponía Richard.
Las mujeres tomaron asiento en la pequeña sala de estar de muebles de vinil cómodos de color hueso, el jefe de piso le llevo un café a cada una.
-Alessa no has descansado nada, de seguir así tu salud también se verá afectada – le regaño dando un tierno beso en la frente y un abrazo lleno de amor y consuelo. Ciertamente en distintos países de Europa las personas no suelen ser despilfarradores de cariño y melosidad, tal como se pudiera ver en Richard, los alemanes se inclinan por una actitud más contenida, su acento fuerte y su voz grave  les hace parecer fríos.
-ya está muerto?- aquellas palabras flotaron en el aire, era una voz de una persona mayor, por no decir vieja y senil, era como la voz de un viejo fumador con tos y cáncer al mismo tiempo en la garganta invadiéndole las cuerdas vocales y lo peor era que tenía como un eco propio, ya que Odava tenía Parkinson medio y eso hacía que el timbre de las palabras sonaran como disco rayado.
-oda!! – lloriqueo Alessa posando su mano en la rodilla de la anciana. Esta hizo caso omiso negando despacio debido al repentino y ocasional temblor pero se entretuvo sorbiendo de su café.
Richard sentencio en silencio a Odava por su lengua pero ya le conocía, y era una mera forma de demostrar que estaba nerviosa, dolida y devastada, solo que se comportaba como si no tuviera corazón.
-Alessa puedes tomar un descanso, dormir aquí te hará bien- le dijo el médico a la joven, ya que si no dormía en casa, al menos el sofá le procuraría un descanso, esta al fin acepto y se recostó en el sofá mediano haciéndose un ovillo. Richard le miro de lejos sentado en la estación de enfermeras de ese piso llenando formatos.
Le mirada dormir aun sollozando levemente, aquella mujer lo había vuelto loco hacia un par de  años, con esa cabellera rubia cobriza y aquellos ojos tan similares a un tarde despejada de cielo raso.  Alessa Marie Dostálová le había demostrado que las mujeres podían fulminar a los hombres con tan solo un suave gesto. En sus inicios mirarle de lejos por la ventana del 4 piso ya no era suficiente, agradecía al cielo que ella pasara por esa avenida casi  a diario, quizás por su trabajo o quizás vivía en los suburbios cercanos, verle de vez en cuando en el concurrido restaurant de la avenida ya no le llenaba,  pero pequeño es el mundo y gracias a una persona en común le pudo conocer. Acercarse a Alessa había sido fácil “técnicamente” aunque Richard era algo tímido pero entrar en su vida fue una completa odisea, y no era para menos Alessa tenía recelo a los hombres salvo a los 4 con los que convivía y que eran su familia. Ella era dueña de uno de los cuerpos mas envidiables de entre las mujeres que conocía Richard, lejos de su gusto estaban las jóvenes escuálidas y delgadas de las pasarelas, al médico le gustaba lo real era fiel carnívoro y la chica en cuestión tenía una curvas invitadoras, tenia figura era más que evidente, de una forma exacta delgada y curvilínea, de estatura promedio, cabellera rubia cobriza y no oxigenada como la de los comerciales, los ojos que lo embobaban a todas horas con un azul eléctrico, una personalidad avasalladora, de carácter , en ella la fuerza y la vitalidad rebosaban. Al menos eso podía decir de ella al principio, muy lejos estaba de la realidad y de lo mucho que le costaba a Alessa dar esa impresión precisamente, aun tenia fresca aquella platica que habían sustentado una tarde de almuerzo…
“si buscas lo que todos, vuelve tu camino Richard, que en mi no lo encontraras…”
En ese entonces Richard bebió medio vaso de whisky para darse valor
“habremos hombres de muchas razas, y habremos hombres que cuidamos los tesoros que encontramos” había respondido el serio y seguro. Por la sonrisa de la rubia, el médico supo que había dado en el clavo, fue así como Alessa le dio la bienvenida finalmente.
Pasando por citas, invitaciones, salidas, eventos, detalles, encuentros, fiestas familiares, después de paciencia y cariño la desconfianza de Alessa se iba deshaciendo, solo para dar paso a una puerta inmensa y pesada llamada “pasado” que habitaba internamente dentro de aquella hermosa mujer.
De pequeña había sufrido la muerte de su padre, los vicios de su madre y las carencias que le sobrevinieron a la desgracia. Alessa había superado ya las vivencias de una niñez violenta y dolorosa, contaba con 5 años de edad cuando su vida se cayó en pedazos rompiéndose, solo para ser pegados los trozos con amargura de conocer a un hombre el cual manipulaba a su madre y los explotaba, la desesperación y hambre eran su alimento y el único alivio que tubo fue dos años después, cuando el ser que más quería se fue lejos dejándole una promesa, le vio irse el día de su séptimo cumpleaños y la ilusión de una vida diferente se le hizo en aquel entonces el mejor regalo.
Solo que, nadie sabe a lo que se aventuran las personas cuando eligen su destino y van en busca de lo que es toca vivir, ella no podría adivinar que había pasado con aquella persona por la que siempre rezaba y no era solo para pedir que regresara, con el paso del tiempo se conformaba con rezar por que al menos estuviera con vida, mientras que la suya era hundida en el peor de los infiernos, por aquel hombre de quien no conocía ni el apellido y quien le había enseñado que odiar podía ser un sentimiento devastadoramente liberador; su madre? Era un trapejo viejo olvidado, aquello que sucedió al cumplir 14 años era como un presagio cumplido, por donde lo viera, Alessa podía ver su futuro próximo muy, muy cercano y era asquerosamente inevitable.
Su padrastro había abusado de ella, era el final del camino, uno lleno de acosos y manoseos, dejándole dolor y un profundo olor de vodka barato impregnado hasta el tuétano, de ese pasaje no recordaba nada excepto esas dos cosas el dolor y el olor a vodka.
Lo haría una vez, pero no más, huyo de casa, mucho tiempo se pregunto el porqué había esperado tanto tiempo, pregunta que solo suelen hacer las personas ajenas a esa situación que nunca han pasado por algo así y aunque ahora piense de manera más optimista, a esa edad y en esa circunstancia piensas mucho y haces realmente poco, además esa persona volvería por ella, tenía miedo que si volvía y no estaba su padrastro le encerraría de nuevo en aquella prisión que había dejado de ser un hogar y que tampoco podía llamarse “casa”.
Paso días de hambre pero al menos dormía tranquila, a veces en el centro de su ciudad le daban trabajo de limpieza, pero el agua helada en pleno invierno, le partía la piel, hasta que por cuestiones del destino oyó el rumor que hombres extranjeros dedicados a la trata de blancas venían a “recoger “ mercancía, aquellos comentarios habían salido de una joven menudita de ojos verdes que le prometía a otra chica casi igual en el físico que sería una experiencia quizás buena, en comparación de trabajar en un burdel de quinta en una ciudad simple de un país pequeño de la vieja Europa central, total, los extranjeros daban comida, techo, ropa, dinero y los clientes eran un grupo de hombres reservados, que era lo mismo que decir “buenos clientes adinerados” . “si” se dijo Alessa quizás estar lejos sería lo mejor, antes que odiarse a si misma y odiar la vida por su desgracia que tan solo recordarla le provocaba asco, cualquier opción parecía mejor, “cuando no tienes ya nada que apostar, no importa que tan alta sea la apuesta, no hay nada que perder”…
Richard en una ocasión mientras compartían te y esos temas dolorosos le había preguntado a su prometida si se arrepentía de aquella decisión, Alessa le miraba profundo con el azul de sus ojos
-no Richard, el arrepentimiento es como un yugo que te asfixia, por que arrepentirse de lo que uno mismo elige? Si has tomado la decisión afrontarla, plántale cara…-
Era verdad, en cierta forma ella tenía razón, pero la pregunta era forzada, porque después de lanzarse a la boca del lobo o “lobos” en este caso, viajo por lugares que jamás pensó y por otros que ni siquiera sabía existían. Para dar paso y sumergirse en una vida de venta, alcohol, drogas y autodestrucción, su viaje dio fin al ser cambiada por otra mercancía, su residencia fija desde más de un año era en una casona del viejo y sugestivo Londres, en aquella ciudad que emergía como uno de los puntos importantes en Europa llena de euforia, moda, excesos, dinero y clase, las jóvenes extranjeras de países bajos de belleza única, de rasgos vascos, célticos, nórdicos o eslavos como en su caso comenzaban a ser un plus, una chica como Alessa comenzaba a ser un “producto” deseado y bien cotizado.
Bien dicen que la mejor virtud del ser humano es la capacidad de adaptación que emerge del instinto de sobrevivencia, pues a todo se acostumbra el ser humano, aquellas jóvenes cuyo trabajo era meramente satisfacer los deseos y necesidades de otros se volvían poco a poco como hermanas y en algunas encontrabas el consuelo y los breves momentos de un comentario gracioso cuya risa te hacia olvidar que al caer la noche, vendías el cuerpo, te ultrajaban el alma, perdías la identidad y si fuera posible perder hasta el conocimiento . Estando a esas alturas había de dos o comenzabas a verle el lado bueno, a disfrutarlo y sacarle provecho u olvidarte que una vez tuviste nombre, llorar al amanecer mientras te lavas el cuerpo, añejado en licor, limpiando los restos de podredumbre, llorar en silencio y aguantar.
Poco le falto a su belleza el marchitarse, a punto de caer en el abismo de la indiferencia. La dueña de la casona le había dicho que fue comprada, por un cliente de regular visita, pero que a pesar de la descripción ella no lo recordaba es mas ni siquiera se le hacía remotamente conocido.
“…Payet “ –dijo despacio al grupo de chicas de la habitación, que sorprendidas y alegres se enteraban que la madrona había vendido a su mejor  “nena”.
“Payet”- se le oyó decir a Lena una rusa –pero Mina- nombre con el cual Alessa había sido lanzada  a la “fama” de los burdeles de clase alta.-dicen que es hombre cruel, mala pinta zhestokiĭ (cruel en ruso)- escuetamente dijo a su modo particular –pero alguien le conoce? – todas negaron –donde  esas conclusiones?- esa era Fabia como la hermana mayor que tranquilizaba todo y su particular acento también –eso dicen las otras chicas, ya sabes esos rumores corren – dijo Lena alzando los hombros preocupada. –esperemos que no sea verdad, además a madrona no le conviene ese tipo de clientes ni ese tipo de tratos-
Al cabo de un rato, Alessa tomaba sus pocas pertenencias y era llevada a una sala lujosa con aires estéticos y sobrios, camino sola, cerró la puerta detrás de si, avanzo  aferrada a su maleta ligera pero que le hacía sentirse segura, en aquella habitación le esperaba un hombre de traje color vino oscuro con ambas manos ocultas en los  bolsillos de su  pantalón, seguía fijo dándole la espalda y con la mano hizo un gesto indicándole que se aproximara, Alessa se preguntaba si se giraría a verla en algún momento, pero dejando eso de lado reservadamente fue acercándose, ella no sabía que era observada por el reflejo en el ventanal y al estar cerca, el extraño giro de forma rápida y le tomo la muñeca de forma violenta hasta tenerla frente a frente.
Alessa asustada trato de zafarse y si todo lo que había dicho Lena era verdad?, pero una mirada vasto y comenzó a llorar, aquel quien forzaba su muñeca, le soltaba despacio acto que la joven a provecho para estirarla mano al fin libre y rosar la mejilla de aquel rostro.
Rompió a llorar y a su vez fue abrazada y sostenida por los brazos de un extraño quien le era más que familiar.
-pomalý,  konečně přišel (lento, finalmente llegas)-fue lo que entre sollozos se le escapo decir a Alessa con la voz temblorosa. En respuesta un suave “shhh…” fue lo que recibió al ser acurrucada tiernamente.
Richard, seguía mirándola dormir, contemplando su rostro más sereno, a tras quedaban los días de desamparo y soledad eso, ignorando las miles de anécdotas de situaciones y problemas como el idioma, el dinero, el transporte  y muchas vivencias, se  reservaba para sí.
Alessa no había cambiado mucho, seguía siendo fuerte, pero discreta y celosa de su intimidad y su persona, pero ahora se le veía notablemente feliz, su vida había tomado un nuevo giro, estando a salvo, ahora era una mujer preparada, se había pulido, comenzado y terminado su estudios.
El único posible problema fuera que no se alejo del todo de aquel ambiente de las casas de prostitución, pero no era porque siguiera en eso, al contrario había salido del abismo y jamás volvería, sin embargo estaba empeñada en ayudar a las mujeres  y comprendía que nunca, eran ahora cuando Odava le había dicho : “es la segunda profesión más vieja del mundo, después de la caza de animales, ese tipo de vida y servicio jamás se terminara y sabes porque? Porque el mismo ser humano la propicia, así que a nosotros se nos deja la tarea de hacerlo más fácil de soportar”.

Frase que le hizo eco en la memoria que le provoco el despertarse eso y  el entumecimiento de sus piernas encogidas. Entre abrió los ojos, topándose de lleno con la figura de una anciana frente a ella, su bastón con ambas puntas  de plata macizas y la empuñadura con forma de ave queriendo extender sus alas, sentada de esa forma que anunciaba que tenia clase, de aquella que el dinero no te da y de pronto su estrepitosa risa intentando falsamente contenerla y en voz tenue, como si hablara sola le  oyó decir:
- cuatro letras que derivan y encapsulan de la reputación, adjetivo, cuatro vertical…- con esa cadenciosa pronunciación de tinte serio y concentrado, para luego dar paso a otra risa y entre el sonido de disco rayado, su temblorosa dicción  y su burla se respondió a sí misma “cuatro vertical…reputación…” –lo pensó un segundo mas y rio mas fuerte –puta!!- grito alegre-
Alessa vio a Richard negando y con una visible sonrisa a medias, acercándosele, masajeando su hombro para aminorar sus movimientos involuntarios –Fama Oda… la palabra es Fama…-
Esta le miro empequeñeciendo su mirada, si es que era más posible debajo de la capa gruesa de sombras en sobre aquellos arrugados y colgados parpados que caían vencidos cubriendo parcialmente los ojos, hizo un gesto propio de ella, con la boca torciéndola haciendo un sonido como si escupiera algo a los pies de la gente –aguafiestas- recrimino la anciana.
Recostada aun le  miraba por lo bajo, en sus años mozos era un mujer de impactante belleza pero su modo de ser era todo un caso…
Ella era Odava Aneska Payet, su abuela. Y a ella vinieron muchos recuerdos.






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si.. otra historia sin terminar ja ja ja ja !! haber ke pasa si la dejo aki, esperando iluminacion para ponerle fin.

TaNa

Una vez mas diculparme porlas faltas, la pesima diccion y el barato trama n,n