Asti

La gente nos decepciona

La gente siempre decepciona

-te equivocas-

Vulcan suponía estaba solo en aquel espacio de la casa, sin embargo el oído no podía estar engañándole.

Bebió un sorbo de liquido…

las personas siempre decepcionan…

-te vuelves a equivocar. Vulcan-

Sentado en la cabecera de aquella gran mesa rectangular de cedro oscuro, recargándose sobre el respaldo del asiento, dejo  ir una bocanada de aire.

Entonces, dime el por que…

-por que te  engañas, al no recibir lo que esperabas de la gente, pero únicamente la culpa es tuya.Si vieras un pequeño árbol a la orilla del camino, apenas de un tronco delgado, pocas ramas y escaso de hojas, pensarías que con el tiempo indudablemente se convertiría en un buen manzano, cuando regreses  dentro de 10,15 o 20 años y vuelvas por el camino, quizás te encuentres con aquel árbol, un crecido y bello manzano-

Vulcan, torcio su sonrisa apoyando los codos en la superficie de la mesa e inclinando su cuerpo a delante, pareciendo cobrar atención a las palabras.

-pero cuando te aproximes, quizás ya no te paresca  tan frondoso como pensaste, no es tan alto como soñaste, no da las manzanas mas jugosas y dulces como suponías, pero un manzano seguirá siendo un manzano y el fruto que da, nada lo cambia.-

Vulcan siguió bebiendo, despacio.

- asi mismo la gente, tu depositas la confianza y expectativas en alguien, pero ese alguien indudablemente dara el fruto que es suyo de naturaleza, nadie tiene la obligación de corresponder los anhelos y esperanzas ajenas, mas bien, deberías tener cuidado en quien confias, no esperes nada de nadie-

Vulcan agacho la mira, respirando ondo y volviendo a colocarse sobre el respaldo, y pensando unos minutos, continuo bebiendo relajadamente.

nunca lo hago... Y que haces aquí?.  Pregunto mirando fijamente el cristal de la copa

-venia para saber, por que tardabas  en ir a la cama- el joven de rojos cabellos melindrosamente rizado, cubrió parcialmente la desnudez de su cuerpo.

El joven de corta cabellera negra, giro apenas el rostro, mirando por el rabillo del ojo a  la figurilla detenida sobre el pilar del inicio de las escaleras, el cual inicuamente le resguardaba a su vista

en breve, estaré ahí en breve…

el silencio goberno, de nuevo en la sala

Vulcan, continuo bebiendo vino espumoso dulce, en la penumbra que se le antojaba agradable, llenando nuevamente su copa.

Mirando detenidamente aquel liquido de intenso color, se fijo por vez primera que Bermellon siempre le compraba vino Asti, no es que fuera el mejor de los vinos o el mas caro o que incluso era que, tanto se lo obsequiaba su amado, que se había vuelto su favorito aun cuando no lo era en un principio.

Bebió de un tajo, saboreando en todo su esplendor el bouquet del matizado liquido.

Y dejado la copa en la mesa suspiro , el cansancio comenzaba a tomarle delantera.

-ah, ah, eso no…-  la negativa salió suave de los labios de chico pelirrojo, acercándose a el, olvidando detenerse la sabana que le cubria cuyo destino fue desplomarse hasta el piso.

Si, aquel joven de todos los vinos, ese le obsequiaba a su amado, de todos los vinos era el que mas se parecía a Bermellón, parecía su personalidad liquida contenida en una botella de lujoso y delicado empaque, contenido en la forma de un sublime cristal.

Asi Vulcan, nunca olvidaría el sabor de su piel, bajar por su garganta y asentarse  en su paladar.

-hasta la ultima gota… hasta la ultima, mi querido Vulcan…-

Llego hasta su lado, tomando la copa recién vacia en mano, ofreciéndosela de nuevo, con gusto Vulcan bebió hasta la ultima gota y como gesto de aprobación, rodeo la estrecha cintura del joven atrayéndolo mas, a fin de recargar su rostro en el bajo abdomen del chico tan suave y terso que la tentación le hizo besar su ombligo.

-vulcan, no puedes dormir  aquí-

De que hablas? Si este es el mejor lugar, donde he conciliado el sueño

-tonto…-

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TaNa

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