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jueves, 30 de septiembre de 2010

Kien nos ama o a kien amamos



HoShi Cap.I

Vulcan rodeaba el cuerpo de bermellón, apaciblemente recostado en el lecho…

-quieres oir una historia?- había preguntado el mayor

-sobre que?- pregunto el menor , girando lánguidamente dentro de los brazos ajenos , abriendo los ojos con animada curiosidad

-eso importa?- pregunto Vulcan sonriendo, al verle despierto, el otro negó y se acomodo expectante del inicio de la historia…

Esta es la historia de un hombre, que un dia por razones inverosímiles, sentía tanto cansancio que no podía ni salir de la cama, en especial una noche, estaba tan cansado que cuando alguien cercano a él, le pregunto, el porqué de su cansancio, este no hizo más que responder:
“estoy tan cansado, que ni siquiera eso quiero averiguar”

De nuevo solo en su habitación, miro la ventana no podía negar que era una hermosa noche y entonces se le ocurrió hacer algo…
Seguía contando Vulcan mientras acariciaba los contrastantes rojizos cabellos de Bermellon sobre las sabanas de satin azul como las olas, pareciendo que estas se incendiaran.
El de cabellos rojizos le devolvió una mirada, que su interlocutor interpreto como animo a seguir.

El hombre se incorporo un poco y su mirada se fijo en el firmamento. –prosiguió contando-
“estrella, estrellas, concédanme el amor de esa doncella”

Había una mujer, en la cual pensaba frecuentemente, y aun en su cansancio el recuerdo le venia con recurrencia, la joven en cuestión, ni siquiera lo conocía, pero él la había visto un par de veces y con eso había sido suficiente para que le gustara y pronto creyó comenzar a quererle.

El joven, debido al cansancio cayo en sueño, no fue si no momentos después que sintió una calidez, que aumentaba hasta quemar y disminuía hasta entibiar, fue cuando abrió los ojos y otros le miraron curiosamente con una sonrisa.
“de verdad le quieres mucho? Sientes como si tu vida no tuviera sentido sin ella?, lo es todo en ti?, te desbordan los sentimientos pensando en ella? Si la tienes seras feliz por el resto de tus días?, no temes equivocarte?” -había hablado la extraña figurilla, que destellaba luz y calor.

El joven se cercioro que no fuese un sueño, y al comprobarlo de inmediato respondió
“si, de esa manera me gusta, no; en el fondo el presentimiento de mi corazón me dice que ella es para mi” su respuesta fue sincera y segura, firme y sin duda.

“sabes, muchos nos admiran, nos observan desde la lejanía e inspiramos fantasias, pero no somos si no seres vanidosos burlándonos de la oscuridad, que ha perdido a su amada sabias tu, que la oscuridad no existe? Solo es la ausencia de luz? A quien la noche perdió por osadía... somos seres del firmamento y lo que hacemos, no lo hacemos por ayudar si no por aburrimiento, las estrellas no ayudamos, solo porque si o porque seamos buenas, somos seres de trueque, nada de lo que damos es libre de nosotros, algo debes darme a cambio si el amor de la doncella quieres a tu lado”

El joven, comprendía a pasos agigantados las palabras de ese ser, que le seguía mirando como si el fuese una clase de ser extraño.
Asentó, aclarando su garganta …”pide lo que quieras, dinero?, joyas? No lose… pídemelo y te lo daré” dijo el joven sin pensar.

El menor de cabellos rojizos se desprendió del abrazo y se coloco encima del otro cuerpo, apoyando su barbilla en el pecho ajeno, -que tonto no? – le pregunto a Vulcan, quien ya volvía a rodearle la cintura reteniéndolo en esa postura disfrutando el momento, su mirada se concentro en la de Bermellón.

-si, fue muy tonto…- respondió -pero tu harías lo mismo no?- pregunto bermellón , -si, exactamente lo mismo- respondió de nuevo Vulcan. El mas joven de los dos, recostó su cabeza de lado, signo de querer oir el final de la historia, el mayor, subió su mano hasta acariciar de nuevo la melena traviesa , sabia de sobra lo que Bermellon pedía con ese gesto, caricias en el cuello y mimos en la oreja. De esta forma continuando en silencio con la historia.

“este es el trato : tienes tres opciones para adivinar lo que quiero a cambio, si lo haces te conceder el deseo, en cuanto digas que es aquello que quiero el pago no podrá ser cambiado por otra cosa” , el joven respondió que si.
La estrella se acerco, con un sutil movimiento del meñique abrió las ropas del joven y poso su rostro sobre el pecho del lado izquierdo.. “no es joyas, ni dinero, no es ropa o alimento, es algo tuyo que solo tu puedes dar” aguardo en silencio, esperando la respuesta del joven.

“es mi cuerpo?” pregunto algo confundido, pero fue su conclusión por lo que había hecho con su ropa, se dijo a si mismo que de esas criaturas podría esperarse cualquier cosa.
“no” respondió sonriendo. “es mi alma?” fue su segunda opción incrédulo. “no” se limito a contestar, el joven, de pronto como todos los presentimientos del ser humano que viene imprevistos e incontrolables, viendo que era lo único que podía ser y se aventuro “es, acaso mi corazón?” pregunto con la fe, impaciente de saber si su deseo seria cumplido o no.

La criatura se despego del cuerpo, dejando lo mas parecido a una mancha de calor, que poco después se disipo, como se disipa el fuego de una vela al soplar el viento.
“si, a cambio del amor de la doncella, me daras tu corazón” dijo el ser con tono natural
“pero sin mi corazón… como?... y el amor?” pregunto confundido el joven, su lógica le decía que si le daba su corazón, como amaría a su doncella?

“bueno, querido joven, es que tu pediste un deseo egoísta tu dijiste lo correcto si le amaras seria < deseo que ella sea feliz a mi lado o hacerla feliz> o en su defecto y mas considerado seria < deseo que seamos felices juntos>, pero solo deseaste recibir su amor” –aclaro el ser brillante, que resplandecía aun mas por la oscuridad de la habitación-
“entonces… pero … entonces… el deseo no “ –el joven pensaba en una solución –“explícame que pasara?, será ella infeliz?”

“no, ella te amara solo a ti, no habrá otro a sus ojos, pero tu seras como la playa, tu corazón o el hueco que quedara de el, será como la costa, donde el amor de la doncella sea como el oleaje, rompa dentro de ti y tu no podrás retenerlo y como las olas se alejara de nuevo mar a dentro. El corazón es solo un recipiente, donde cae el amor que nos profesan y al mismo tiempo este lo devuelve con la forma del amor de cada uno, sin una vasija para el, sentirás el amor de tu doncella, la pasión y el cariño, pero será por momentos repentinos, y cuando ella te diga desmesuradamente, tu le contestaras, pero serán palabras como el mar, profundas y frías.” -explico finalmente la mágico ser - “y … que harás?, que piensas hacer?, que elegirás?” –pregunto la criatura con un dejo de deseo en su voz. Relataba Vulcan.





HoShi Cap. II

-que harías?, tu que harías Vulcan?- pregunto el menor, ocultando el rostro en el hueco formado entre el cuello y hombro de su amado.

-pero… es que acaso no lo sabes ya?- le tomo de la barbilla y lo atrajo para poder mirar su tierna expresión, pero encontró otra que le hizo temblar en su interior. –pero… Bermellón, porque lloras?...- le pregunto Vulcan limpiando el agua que naufragaba por su mejilla.

-no crees que fue injusto?- reprocho el mejor, desviando la mirada . –tu lo crees Bermellón?- respondió el mayor con una pregunta a lo que el joven de rizos negó. –bien, entonces continuemos-

El joven, ante aquel intercambio, reposo unos minutos antes de volver a contestar, alzo su mirada y de pronto se vio reflejado en aquellas pupilas chispeantes, y se dijo a si mismo que las casualidades no existen, que si la estrella le concedía el deseo, este no era un milagro, si no el destino, que no era simple casualidad que hubiese bajado a cumplirle el deseo, y entonces lo supo, estaba tan claro, como los primeros rasos del alba que acariciaban la noche dejando rasguños, signos de querer abrazar a la oscuridad y que esta se le escapase y diera lugar al dia.

“si, te daré mi corazón…” –respondió con una mirada tranquila y rebosante
“si, mi pequeño lucero, te daré mi corazón, para que vivas y te alimentes de el…” -la criatura abrió los ojos de par en par y sus labios imitaron esa acción abriéndose para contestar- “ tu deseo joven amigo esta a punto de ser realidad” – le dijo colocándole la mano en el pecho-

“toma mi corazón, para que vivas y te alimentes de el, pero a cambio quiero, que tu mi estrella del firmamento seas inmensamente feliz a mi lado” –le dijo el joven, mientras la estrella absorbía en sus labios una pequeña esfera de luz sustraída del pecho del joven.

“concedido” –susurro lentamente la criatura, mientras depositaba un beso en el joven y este a su vez le respondiera de igual manera.

La estrella, tomo forma mas consistente, se distinguían ya la forma de brazos y piernas alargados, de una piel nívea como el marfil y vaporosa al tacto, sus ojos verdes ya no parecían vacios y lejanos y los cabellos que parecían hilos de color rubi, lentamente se tornaron rizos rojizos como el fuego fatuo digno de un cuerpo celeste, toda la luz y el calor que desprendía, fueron guardándose en su piel hasta dormir en ella.

Se dice que desde entonces aquel joven, le cuenta historias a la estrella en las noches, donde bellamente su piel brilla y se vuelve incandescente.
Terminando asi Vulcan la historia.

-y fueron felices verdad?- pregunto el menor. –Si..hasta donde yo sé, si lo son, muy felices- le respondió el mayor abrazándole.

-ya no quema?- pregunto Bermellón- no, y ahora puedo resistir –respondió Vulcan, cambiando la posición de ambos al mismo tiempo, para quedar recostados de lado.
-porque crees que la estrella, hizo eso?- pregunto el mayor
-porque, estaba celosa, de pensar que su amado, se enamorase de otra- Vulcan rio bajito ante esa revelación.

-vaya, será que te hago subir la temperatura?- pregunto el mayor, al sentir demasiado calor proveniente del otro cuerpo y un ligero casi imperceptible vapor inundando la habitación.

-no te lo creas tanto, es mi naturaleza, así soy – refunfuño Bermellón y Vulcan asentó dándole por su lado, pero de pronto una risa de felicidad le salto de los labios y Bermellón le miro sorprendido – que pasa? Que es de risa?- pregunto ofuscado.

-bueno, es que siempre había oído que las personas serian capaces de subir al cielo para bajar una estrella y pedir amor, pero aparte de mi, no conozco a nadie que haya hecho el amor con una- el de cabellos rojizos, giro el rostro, pretendiendo enojo, para ocultar su sonrojo.

Mientras el día llegaba, la estrella volvía a apagarse, su luz se opacaba ante la del sol y descansaba para resplandecer nuevamente al anochecer. Después de un rato Vulcan se removió entre las sabanas y salió de la cama, portando ropa sencilla.
-a dónde vas? – pregunto Bermellón un tanto somnoliento.

-bueno, el cansancio se me ha ido, y hay cosas que hacer, por ejemplo, que tomaremos en el desayuno?, ya vuelvo pronto.- le explicaba al menor, mientras se dirigía a la puerta. –Vulcan? Y la doncella?- se aventuro curioso a saber. –doncella? De quien hablas? No tengo ojos para nadie que no sea Bermellon, por lo tanto no me da ni el minimo interés en saber de nadie mas…- termino, satisfaciendo la curiosidad de su amado y salió pensando en el desayuno.

En la cama, se cubrió el cuerpo tibio y miro la ventana… -la verdad Vulcan, es que la estrellas que nos enamoramos, necesitamos el calor de nuestro amado para sobrevivir en este frio mundo, sin el y sin el amor, solo somos cuerpos celestes frágiles cuyo destino es …- no finalizo con aquella palabra, estaba de mas decirlo.

-porque será?... porque será que las personas no ven quien les ama, solo buscan a quien amar, de esa manera siempre se equivocan y el amor lo dejan pasar, irremediablemente fui drástico , pero es porque te amo-
Los pensamientos de Bermellón fueron sosegados por un bostezo, acomodando su cuerpo dentro del lecho buscando el calor en donde antes estuviese el cuerpo de su amado.

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