~~ ^^ Onigiri FaN ^^ ~~

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viernes, 22 de octubre de 2010

Los Necrofilicos Hijos del Carmesi



Capitulo III -el amor es la causa más alta de mortandad, vivos y muertos por igual…



Ella no es tuya, ella es mía!!! Ella siempre fue y será mía!!!, la más tierna de la princesas, si la doncella más libre y certeramente directa, si, la tierna y juguetona alebrije por sobre la tierra, porque no era un ángel si no un demonio de angelical apariencia…- al fin, el procreador de su descendencia estaba lista para contar un cuento a sus retoños .

Se levanto de hito mirando sus manos, impidas y temblorosas…
-yo la mate, aquella noche, yo en el lecho tome su cuello en mis manos, y las ceñí a el, sofocándole, besándole aun mas ávidamente, estrujando ese cuello níveo de cisne incitador, yo tome su ultimo respiro y lo guarde en el cuerpo de Laorus, yo cerré sus ojos, bese su sonrisa y vi la dormir…a pesar de nuestras incontables promesas de amor mas allá de la muerte, debía asegurarme que jamás se alejase de mi, existo a través de su muerte, temía que ella dejara ese lugar, siempre añoro estar en las colinas de Avarak, le adormecia el sonido del mar chocando contra las rocas detras de ellas, así que no tenia mas opción, ahí reposaría su cuerpo inerte perpetuado a través de las estaciones, y tenía miedo que algún dia ella se levantase y abandonara las colinas, así que plante lobelias, para que desprendieran el dulce aroma de la muerte y siguiera durmiendo…y espere que ella regresara mientras de mis hijos me alimenté, hasta que me di cuenta de lo que había hecho, y comprendí, que era yo quien tenía que ir por ella, siempre me espero en las colinas pero la confundía con una muerta, que equivocado estaba y desde que nos reencontramos al fin, mis temores se fueron, ni el purgatorio le impidió venir a esta su morada, por eso, tú no sabes quién es, no sabes quien fue, no sabe quién eres, no te ama, no le puedes amar, jamás te amara, lo siento tanto Bermellón, es mi princesa, tu no tienes cabida en su cuerpo.-

-porque me dejaste a su lado? He estado en la cama con ella!!– bufo resignado, queriendo comprender, sin tener éxito.
-si, has dormido con ella, has ido a la cama con ella, pero nunca has podido transmutar tu energía en ella, tu solo duermes junto a un cuerpo, en cambio yo, me hago uno con mi eterna princesa…-
Sus hijos impactados enmudecieron ante la frialdad con la que su padre contaba la historia mas perversa incluso para ellos…

-y si me disculpan, lárguense todos a su alcoba, es hora de una visita nocturna, ella odia el alba, y el rocio y odia esperar …-
Padre se arreglo su vestido púrpura, arreglo su cabello rojizo suelto acariciado por el aire fresco, y liviana como las hojas de otoño, se separo del ventanal de la habitación del tercer piso, caminando deseosa hasta las colinas de Abarak…

En esos momentos, Bermellón empuño la espada, pero Vulcan le beso el cuello, impidiendo sacarla mas allá de lo que se proponía, Laorus se acerco a la vista de aquella inmensa ventana, Bermellón miro también sosegando su curiosidad y Ouroboros le sostuvo abrazándose a la cintura de su gemelo, fisgoneando en aquel panorama, lo que los tres miraron, fue suficiente para darles una lección sin palabra alguna.

Una figura alta y esbelta, cuyas ropas ondeaban al aire, de pie sobre una cripta, estiraba su frágil brazo, su mano se estiraba temblorosa y sus dedos de forma irregularmente luchaban por enderezarse, sus movimientos parecían entumidos, lentos, torpes, adoloridos, pero ansioso de alcanzar aquello que de entre los arbustos se aproximaba, la mano desdeñosa traspaso el olor de las lobelias y la planta de los pies, iracunda y triunfante aplasto las varillas verdes, quebrándose a su estruendoso reclamo, se unió con aquella huesuda mano, la osamenta de pie, fúnebremente camino, entre la niebla, y poco a poco el hueso tuvo un aspecto mas “humano”, se cubría de piel sedosa, sonrosada, su cabello castaño era como hilos de miel de eucalipto y unas gemas azules como el mismo cielo perdido, miraron al padre de los tres vástagos.

-carmesí- susurro al mirarle, casi como si fuera el aire que circula dentro de un vacío cuerpo, como un suspiro que hincha los pulmones y se exhala con alivio, mientras su cuerpo adormilado se recargaba en el hombro de su amado y rotomaba fuerzas, regalandole una mirada que lentamente reconocia donde estaba y una tenue curvatura en los labios.

–shhh…ya no te preocupes cariño, los niños ya se han ido a la cama- contesto con una sonrisa serena, el señor de Abarak cuyo vestido era pulcra y nitidamente rojo.

Impactados los tres, sintieron sequedad en su boca y de inmediato cerraron el ventanal, se miraron…

-después de todo, es nuestro padre…-

Salieron de la habitación, cada quien tomando dirección diferente, Lao al ala oeste y Vulcan de la mano con Bermellón al ala este, para perderse en sus aposentos en la negrura de la noche.

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