Los Necrofilicos Hijos del Carmesi

Capitulo II – Mefítica Virgen Indómita

Malebolgia sacudió el rostro, percibiendo que le sangraba la nariz, el líquido frio y viscoso de negro color. Salió como el diablo montando su caballo.

-slet, vamos cázalos, persigue a el cardo por el bosque, por las tumbas, hasta el mismo infierno y encuéntralo…- el caballo, obedeció impaciente, rompiendo la quietud y silencio del bosque lindero al palacio, viéndose como una silueta fugaz y fantasmal enredada y nacida de la niebla.
Alguien cuidadosamente, despejaba la cripta, abriendo el ataúd de cristal…

-Bermellón! Es hora de ir a casa, dormirás en ella – sentencio su hermano, al mirarlo y contemplar aquella escena
-he pasado todo mi vida a su cuidado… - dijo acariciando una mano fría,rígida, tan delgada y seca como las espigas en sequia.

-madre te dira quien es ella…- dijo sin bajar del caballo
Mientras tanto en aquel penumbroso monumento mas parecido a un mausoleo, el hijo menor, se hincaba a los pies de madre y padre, quien le veía expectante.
-a caso es verdad? Tenemos corazón? –pregunto tímidamente.
-no Lao, esperándole a ella, me comí el corazón de mis hijos…- le respondió madre y padre, acariciando la melena azabache, este le miro buscando una respuesta en la quietud de los ojos ajenos.

-Bermellón y Vulcan son gemelos, lo que siente Ouroboros es, solo el sentido de pertenencia y posesión… Bermellón son todas las debilidades que Vulcan desecho, lo ve como parte de el mismo, todo aquello que Oruboros desecho, se lo dio a su gemelo, con horror podría decirse que Bermellón nació de Vulcan…y este no permite que su gemelo le deje- finalizo, perdiendo la mirada, en el taciturno cielo, vaciando su copa.
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-sube al caballo…no lo voy a repetir- ordeno Vulcan
-esta vez madre va a tener que responder, por tu atrevimiento Vulcan! – y muy a pesar de su rebeldía, Bermellón monto a el cardo, con furia regresando a palacio.
Ahora, de nuevo, la familia reunida, comenzaba de nuevo aquella tempestuosa riña…
-quien te has creído padre?!!, ella es mia, lo será siempre!!- azoto la puerta con adornos góticos y gemas engarzadas en plata pulidas.

-si, Bermellón, naciste para cuidar de ella, para velar su eterno sueño, allá donde las colinas siempre lloran en las noches de invierno, allá donde solo la ventana del tercer piso tiene vista a ella, pero tú fuiste demasiado lejos..-
La apesadumbrada figura, acaricio la mejilla de su segundo vástago – tu debías resguardar su sueño! fuiste creado y es tu única razón en el mundo de existir, velarle no tocarle, idolatrarle no enamorarte! – sentencio con una mirada aun mas asesina y cargada de amenaza.

-no puedes estar enamorado de tu propia madre, Bermellón…- susurro Vulcan lamiendo su oído.
-madre?.. Pero que… padre… que es esto?..- cayó en la gruesa silla de cedro, complemento del juego del comedor de aquel espacio del castillo, con aires moribundos y decaídos.
-solo somos tus juguetes padre!!!, si nos odias tanto no debimos existir!, te diviertes con estas tus marionetas?- pregunto indignado el tercero de sus tres críos.

La sentenciosa figura miro aquellos pares de ojos acechantes por una verdad, que parecía salir de su boca con espinas…
-no Laorus, tu naciste de la carne unida en una, con un suspiro que le robe, por eso, ves la existencia atreves de la ardiente pasión y la unión carnal instintiva, sabes que el mayor de los secretos de las utopías se encuentra en la alquimia sexual y en la fragancia sensual de la piel..tu erotismo no tiene límites, y pareces animal encarcelado en tu propia carne, incomprendido en un mundo que solo ve el lado lascivo de tu voluntad…-

-En cambio…- su vista se poso en los rojizos cabellos de su segundo hijo –en cambio tu Bermellón, no recuerdo si soy tu madre o tu padre, aquella noche no recuerdo si fui semilla o vasija, simplemente exististe…- detuvo su caricia y se dirigió a su otro hijo, tomándole un mechón de los cabellos sueltos a su primogénito.

-tu Ouroboros Malebolgia Vulcan, fuiste el primero en existir y luego en silencio, aguardaste yo soy tu madre y tu padre, cuando Bermellón existió, aquella princesa murió, Vulcan tedio la voluntad de acero, indestructible como un diamante en bruto, para poder resistir…el estado en que ese hecho me dejo - de su largo vestido, mostro un pañuelo, desenvolviéndolo cuidadosa y lentamente como un rito pagano.
Tomo con delicadeza aquella espiga de verde matiz y beso las hojas casi en el aire.
-son las plantas que rodean..- dijo Bermellón mirándola fijamente sin terminar la frase.

-si, se llama Lobelia y sirve para venenos y remedios…- coloco la rama en la copa de vino para luego beber el contenido mezclado.
-y tambien sirve para amargar y acentuar el vino..-