noviembre part.1

2009-11-01

NoTa:
este escrito es de uso personal, y advierto es
largo, abstengase de leer, en lo siguiente puede
tener expresiones burdas, incoherentes, y no
agradables, por favor pasa de este escrito, lo ke
pienses de el NO me incomoda. Gracias.

Noviembre
Se abrió la puerta irrumpiendo entre las cuatro
paredes, dejando a la corriente de aire entrar
como un suave suspiro deambulando por la
habitación.
La figura humana entro, sus pasos secos y caídos,
sobre el piso de un deterioro reluciente, el
tacón retumbo ante el sepulcral silencio y la
suela besaba la frialdad sometiéndola.

Era un frió tétrico casi aprensivo a la piel,
sus ojos de un verde aceitunado acuosos miraban
alrededor, distorcinando la luz en sombra
convirtiéndole en un sombrío lugar.
Dio pasos fuertes y seguros, 5 golpes mas al piso
y se detuvieron.
Ante el una base sostenida de cuatro pilares, su
mano izquierda forzada por una mente calculadora,
se sostuvo en su rehílo, y la mano derecha
coaccionada por la mente curiosa fue moviéndose
hasta tocar al fin la otra mano.
La mano obligada era de amplio tamaño, de dedos
largos y estilizados, de venas surcando, de
apariencia fuerte, sin embargo al chocar con la
piel contraria la pesadez de la mano, se volvió
de pluma, nuevamente los ojos intentaron limpiar
su abrumacion inútilmente.
Toco los dedos, la mano, subiendo por la muñeca,
el antebrazo, la curvatura del codo, el brazo
subiendo y descansando al fin en el hombro, la
mano acoplándose a las irregulares formas de la
extremidad, su camino lleno de subidas, curvas y
bajadas, suaves y firmes, con presteza delineadas,
no siguieron aun en contra de la ansiedad y
ambición del pensamiento propio, no obstante los
dedos dirigieron sus yemas a delinear la salida
huesamenta de la clavícula, sensualmente
expuesta, y sobre la piel que le arropaba
pequeños lunares juguetones y encimosos.

El rostro intruso, se combinaba en formas, en
palabras transformadas en gestos, dolor?, placer?,
sorpresa?, añoranza? Incredulidad?..

Inclino su cuerpo que mas bien pareciera partirse
a la mitad, pareciera doloroso y los papeles
cambiaron, el cuerpo del extraño ansiaba y la
mente aun no pudiendo asimilar del todo. Y como
cuando el cuerpo esta cansado y la mente igual,
ambos en uno, se dejaron caer sobre el pecho
ajeno, su cabeza, recostada de lado, teniendo una
visión cercana de la escasa prominencia de
pechos, ligeramente marcados, los ojos
aceitunados, sonrieron para si con los recuerdos
evocados, y pizpiretos detallaron que al mirarlos
se hallaban sobre cada uno, dos motas sonrosadas
endurecidas coronándolos, rodeadas de una aureola
del mismo color un poco las pálido, en un
segundo, el instinto humando proveniente del
animal, desencadeno una reacción de celos, al
pensar que el frío le había provocado tal
reacción a la piel, de nuevo sonrió

-solo es el frío...- susurro

Movió la cabeza, girándola poco y su rostro se
oculto en el hueco del cuello ajeno, donde la
fútil nariz respiro la fragancia expedida del
cuerpo, regodeándose en la sensación vuelta
caricia.
Al fin se separo, alzando su cuerpo de golpe,
mirando con su rostro altivo, dirigiendo la mirada
a lo largo del contrario.
Sostuvo un tramo de la tela que cubría el cuerpo
pronto su mano la arrugo y de un tirón le
descubrió, su expresión triunfante se mezclaba
con el pretensión que los recuerdos traían. Ahí
estaba la blanquecina tonalidad oculta por la
sombra insolente, que ahora daba paso aun marfil
hecho suave a merced de un cuerpo.
Debajo del pecho, reconoció la cavidad y sus
dedos de hundieron inescrupulosamente en el
diafragma, la suave carne cedió ante la presión
dándole paso al empuje ajeno que al disfrutarlo,
de nuevo se detuvo y siguió su camino, la curvada
cintura, reconociéndole caída, suave,
bosquejando la sensualidad antes encubierta, los
labios se entre abrieron, en símbolo del deleite
inconciente el abdomen semi plano adornado de un
circular y hueco retozón, símbolo del inicio al
vientre firme. Humedeciendo sus labios coloco un
beso y dio un soplo delicado, su oído parecía
escuchar una risilla lejana que al separase del
cuerpo abruptamente enmudeció.
Las orbes situaron su intrigante naturaleza, en la
turgente intimidad, sus pensamientos divididos de
tonalidades injuriosas y ofensivas dispuestas a
mancillar la pasividad solo en satisfacción de su
propia ambición banal envuelta en pasión.
Negó, y apaciguando su desairado deseo , sus
dedos de hundieron pues, en el pliegue aun tibio
de la entrepierna que guarda con recelo y rozaba
aquello no mencionado, su labios se curvaron, al
entrar y salir del doblez adornado de lunares y
pecas pringadas pareciendo no pertenecer a sobrio
color y al mismo tiempo desiganadole una vivaz
exaltación.